Pelea entre vecinos y cartoneros por un asentamiento en Caballito
Allí viven casi 200 familias que reciclan basura. Piden que se reconozca su cooperativa, quieren un galpón para trabajar y dicen que no se irán. Pero unos 500 vecinos del barrio se quejan por el aumento de la inseguridad y reclaman su desalojo.
JUNTO AL ESTADIO. EL ASENTAMIENTO, AYER. TIENE UN SECTOR DE CASAS Y OTRO DONDE SE SEPARA BASURA, UNO A CADA LADO DEL NUEVO PUENTE VEHICULAR.
Tiene nombre de actor y es uno de los protagonistas principales en los capítulos que protagonizan las casi 200 familias que se dedican al cartoneo en el predio junto al nuevo puente de 400 metros sobre las vías del Sarmiento, en Caballito. Oscar Martínez está al frente de la cooperativa "Caballito Trabaja", que pide la personería jurídica y que le habiliten un galpón para trabajar todos los días. La otra parte de la historia la escriben los 500 vecinos del barrio que se quejan del aumento de la inseguridad en la zona, piden la preservación de los espacios verdes, y le llevarán a Mauricio Macri un petitorio para que los recuperadores se vayan del lugar.Hace más de 40 días que, desde las ocho de la mañana y, principalmente después de las 18, unas 1.000 personas del asentamiento, en pleno corazón del barrio, revuelven entre los residuos y separan lo que les sirve para reciclar. Viven al amparo de la cancha de Ferro, junto a la calle Yerbal al 1400 (Rivadavia al 6000) y, según cuentan, fueron expulsadas del sitio que ocupaban antes, en Donato Alvarez y las vías.De acá no nos sacan, esto está urbanizado, hay mucha basura y también nos ayudan los supermercados, nos dan cartón y comida , asegura Martínez, casado, 38 años, padre de tres hijos, manos callosas y tajeadas de abrir una y mil bolsas.Caballito, con sus casi 184 mil habitantes, locales de Coto y Disco, granjas, fábricas textiles, de embalajes de cartón y sus más de 25 restaurantes es un lugar que los cartoneros valoran.El puente peatonal y vehicular hace de división: de un lado, el centro de clasificación cartonero a cielo abierto, con cartones, maderas, chapas, botellas y viviendas improvisadas, con chapas y ladrillos huecos o en un viejo vagón con cortinas de trapo. Del otro, inaugurando la subida del paso para peatones, casas precarias, pero con portón y candado.En el predio, donde dos hombres que con trato amable rehúsan identificarse, se alberga el fruto del reciclaje unos 21.000 kilos por día, dicen que permitirá que cada cartonero se lleve 80 o 90 pesos y más si tuvieron suerte. A nosotros nos pelean, pero ayudamos a mantener limpia la Ciudad , dice Martínez mientras señala los edificios que los tienen como vista obligada.Estos cartoneros forman parte del gran grupo que decidió quedarse en la Ciudad tras la salida de circulación de los trenes blancos. Si bien consiguieron que el Gobierno porteño les provea de luz luego de amenazar con cortar las vías, reclaman un galpón o un techo para proteger lo que juntan y también, aunque sea un baño, porque acá vienen muchas mujeres .Mientras en un grabador desvencijado, apoyado en una mesita de tres patas que en unas horas será chatarra, suenan de fondo Gilda y Rodrigo, Martínez y los más de diez hombres que lo acompañan esperan que finalmente, les den la personería jurídica a su cooperativa.Los terrenos que según los vecinos están intrusados dependen de la Nación. Pero el ONABE, TBA y el Estado porteño cruzan excusas a la hora de dar respuestas.Mientras Oscar y su grupo sueñan con instalarse, Ester Najera, Manolo Núñez y casi 500 vecinos reclaman que el terreno quede desocupado. Esta es una zona liberada , dijo sin vueltas Alejandro Pietracupa, dueño de un garage sobre la calle Biedma y firmante del petitorio al igual que taxistas, porteros, comerciantes y miembros del Movimiento Identidad Caballito. Después de las 18 todos acá trabajan a puertas cerradas, mis clientes tienen miedo. Aumentaron los arrebatos y además quisieron tomar una casa .Los vecinos concuerdan en que la inseguridad aumentó. También aseguraron que los taxistas evitan pasar por la zona y que, cuando lo hacen, no frenan en los semáforos: Todavía no lamentamos ningún accidente y no queremos hacerlo , indicó el dueño de la cochera. En la Policía Federal no quisieron dar estadísticas de la inseguridad en la zona.Najera, fundadora del movimiento vecinal, habló de la necesidad de preservar espacios verdes Caballito es el barrio con menor porcentaje de la Ciudad y, junto a Pietracupa, advirtieron que los cartoneros fueron traídos desde Monserrat. No queremos que acá se arme una villa. En todo caso, que les den una vivienda en otro lado , dijeron.Los vecinos se quejaron sobre la inacción del CGP 6: Preferimos ir directamente a pedirle una solución a Macri, llegar hasta la Legislatura, porque en el CGP no escuchan nuestros reclamos . En tanto, voceros del CGP 6 argumentaron que hasta ahora la Ciudad no definió qué hacer con el nuevo asentamiento.Ayer, ante una consulta de Clarín, el ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, admitió no estar al tanto del tema: No conozco este caso en particular. Sí estamos trabajando en un programa para ordenar el espacio público y darles lugares a los cartoneros para que hagan su trabajo de reciclado en la Ciudad .
Allí viven casi 200 familias que reciclan basura. Piden que se reconozca su cooperativa, quieren un galpón para trabajar y dicen que no se irán. Pero unos 500 vecinos del barrio se quejan por el aumento de la inseguridad y reclaman su desalojo.
JUNTO AL ESTADIO. EL ASENTAMIENTO, AYER. TIENE UN SECTOR DE CASAS Y OTRO DONDE SE SEPARA BASURA, UNO A CADA LADO DEL NUEVO PUENTE VEHICULAR.
Tiene nombre de actor y es uno de los protagonistas principales en los capítulos que protagonizan las casi 200 familias que se dedican al cartoneo en el predio junto al nuevo puente de 400 metros sobre las vías del Sarmiento, en Caballito. Oscar Martínez está al frente de la cooperativa "Caballito Trabaja", que pide la personería jurídica y que le habiliten un galpón para trabajar todos los días. La otra parte de la historia la escriben los 500 vecinos del barrio que se quejan del aumento de la inseguridad en la zona, piden la preservación de los espacios verdes, y le llevarán a Mauricio Macri un petitorio para que los recuperadores se vayan del lugar.Hace más de 40 días que, desde las ocho de la mañana y, principalmente después de las 18, unas 1.000 personas del asentamiento, en pleno corazón del barrio, revuelven entre los residuos y separan lo que les sirve para reciclar. Viven al amparo de la cancha de Ferro, junto a la calle Yerbal al 1400 (Rivadavia al 6000) y, según cuentan, fueron expulsadas del sitio que ocupaban antes, en Donato Alvarez y las vías.De acá no nos sacan, esto está urbanizado, hay mucha basura y también nos ayudan los supermercados, nos dan cartón y comida , asegura Martínez, casado, 38 años, padre de tres hijos, manos callosas y tajeadas de abrir una y mil bolsas.Caballito, con sus casi 184 mil habitantes, locales de Coto y Disco, granjas, fábricas textiles, de embalajes de cartón y sus más de 25 restaurantes es un lugar que los cartoneros valoran.El puente peatonal y vehicular hace de división: de un lado, el centro de clasificación cartonero a cielo abierto, con cartones, maderas, chapas, botellas y viviendas improvisadas, con chapas y ladrillos huecos o en un viejo vagón con cortinas de trapo. Del otro, inaugurando la subida del paso para peatones, casas precarias, pero con portón y candado.En el predio, donde dos hombres que con trato amable rehúsan identificarse, se alberga el fruto del reciclaje unos 21.000 kilos por día, dicen que permitirá que cada cartonero se lleve 80 o 90 pesos y más si tuvieron suerte. A nosotros nos pelean, pero ayudamos a mantener limpia la Ciudad , dice Martínez mientras señala los edificios que los tienen como vista obligada.Estos cartoneros forman parte del gran grupo que decidió quedarse en la Ciudad tras la salida de circulación de los trenes blancos. Si bien consiguieron que el Gobierno porteño les provea de luz luego de amenazar con cortar las vías, reclaman un galpón o un techo para proteger lo que juntan y también, aunque sea un baño, porque acá vienen muchas mujeres .Mientras en un grabador desvencijado, apoyado en una mesita de tres patas que en unas horas será chatarra, suenan de fondo Gilda y Rodrigo, Martínez y los más de diez hombres que lo acompañan esperan que finalmente, les den la personería jurídica a su cooperativa.Los terrenos que según los vecinos están intrusados dependen de la Nación. Pero el ONABE, TBA y el Estado porteño cruzan excusas a la hora de dar respuestas.Mientras Oscar y su grupo sueñan con instalarse, Ester Najera, Manolo Núñez y casi 500 vecinos reclaman que el terreno quede desocupado. Esta es una zona liberada , dijo sin vueltas Alejandro Pietracupa, dueño de un garage sobre la calle Biedma y firmante del petitorio al igual que taxistas, porteros, comerciantes y miembros del Movimiento Identidad Caballito. Después de las 18 todos acá trabajan a puertas cerradas, mis clientes tienen miedo. Aumentaron los arrebatos y además quisieron tomar una casa .Los vecinos concuerdan en que la inseguridad aumentó. También aseguraron que los taxistas evitan pasar por la zona y que, cuando lo hacen, no frenan en los semáforos: Todavía no lamentamos ningún accidente y no queremos hacerlo , indicó el dueño de la cochera. En la Policía Federal no quisieron dar estadísticas de la inseguridad en la zona.Najera, fundadora del movimiento vecinal, habló de la necesidad de preservar espacios verdes Caballito es el barrio con menor porcentaje de la Ciudad y, junto a Pietracupa, advirtieron que los cartoneros fueron traídos desde Monserrat. No queremos que acá se arme una villa. En todo caso, que les den una vivienda en otro lado , dijeron.Los vecinos se quejaron sobre la inacción del CGP 6: Preferimos ir directamente a pedirle una solución a Macri, llegar hasta la Legislatura, porque en el CGP no escuchan nuestros reclamos . En tanto, voceros del CGP 6 argumentaron que hasta ahora la Ciudad no definió qué hacer con el nuevo asentamiento.Ayer, ante una consulta de Clarín, el ministro de Espacio Público, Juan Pablo Piccardo, admitió no estar al tanto del tema: No conozco este caso en particular. Sí estamos trabajando en un programa para ordenar el espacio público y darles lugares a los cartoneros para que hagan su trabajo de reciclado en la Ciudad .
Contención
Germán Cervetto
Los dos, con argumentos entendibles reclaman lo que creen justo. Los cartoneros saben que cumplen un servicio para la Ciudad y el ambiente, que les permite ganarse la vida. Los vecinos hablan de ocupación del espacio público y les adjudican responsabilidad por la inseguridad. En el medio, queda el Estado, que no puede expulsar a los ya excluidos. Debe dar soluciones, pese a que la demanda de contención parece ilimitada frente a tamaña pobreza y necesidad.
Germán Cervetto
Los dos, con argumentos entendibles reclaman lo que creen justo. Los cartoneros saben que cumplen un servicio para la Ciudad y el ambiente, que les permite ganarse la vida. Los vecinos hablan de ocupación del espacio público y les adjudican responsabilidad por la inseguridad. En el medio, queda el Estado, que no puede expulsar a los ya excluidos. Debe dar soluciones, pese a que la demanda de contención parece ilimitada frente a tamaña pobreza y necesidad.
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